El tren continental de las ocho que se desplaza a 500 kilómetros por hora gracias a su sistema de levitación magnética, lleva un robot asesino a bordo. Esa es la escalofriante revelación que te ha sacudido a ti y a tus colegas en el puesto de mando de la estación de destino.
En cada uno de los cuatro vagones del tren viaja un robot de la compañía, con objeto de velar por la seguridad de los pasajeros y atender cualquier dificultad técnica o situación imprevista que pudiera presentarse. Uno de ellos ha sido víctima de una sutil reprogramación y cometerá el asesinato que se le ha encomendado, probablemente cuando la persona en cuestión suba al tren en alguna de las estaciones intermedias del trayecto.
Faltan cuarenta minutos para que el tren efectúe su próxima parada. Si al llegar a esa estación, no se detiene, el robot sospechará el motivo, y es muy probable que estalle de modo deliberado para borrar toda pista de la manipulación de que ha sido objeto y que así los autores del complot sigan permaneciendo en el anonimato. Hay que neutralizarle antes de que el tren llegue a la próxima estación.
El ordenador de a bordo ha descubierto la conspiración, pero antes de que os pudiese hacer llegar toda la información, ha sido saboteado por el robot asesino. A consecuencia de ello, no os ha podido decir cuál de los cuatro robots (A, B, C y D) es el asesino y en cuál de los cuatro vagones viaja.
No hay manera de poner en evidencia al asesino antes de que cometa su crimen, ya que se comporta de manera normal para no despertar sospechas, y es capaz incluso de mentir. Ningún humano de los que viajan en el tren puede hacer nada contra los robots, pues éstos son demasiado fuertes y rápidos. Sólo los robots compañeros del asesino pueden detenerle. Pero para que la operación tenga éxito, hay que averiguar primero quién es, de modo que podáis informar de la situación a los otros robots a través de sus canales individuales de comunicación privada. Si el asesino recibe por error el mensaje de alerta, fingirá ser leal y sabrá como desbaratar vuestros planes.
Los datos confusos y desordenados que se han podido salvar del sabotaje informático son la única oportunidad de detener los planes de la peligrosa máquina asesina.
Si el robot C es el asesino, no viaja en el primer vagón.
El robot D viaja en el primer vagón o bien en el último.
Si el robot B no es el asesino, está en un vagón que queda por detrás del vagón donde viaja el robot C (no necesariamente en un vagón contiguo, aunque puede estarlo)
Los robots B y D no viajan en vagones contiguos.
El robot A está en un vagón que queda por detrás del vagón donde viaja B (sin que necesariamente sea contiguo, aunque puede serlo)
Los robots C y D no viajan en vagones contiguos
El robot D sólo puede ser el asesino si viaja en el primer vagón.
Si el asesino es el robot B, no puede tener al robot C en el vagón contiguo.
Puesto que ya sabes cuál es el robot asesino y el vagón en que viaja, abres los canales privados de comunicación de los otros tres para ponerles al corriente de la situación.
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