28 de julio de 2008

Querida SGAE

Querida y respetada SGAE:

Te escribo esta carta para decirte que, después de mucho meditarlo, me has convencido. Me has convencido de que tu propia existencia es el demostrativo más palpable de que el mundo tiene serios y graves problemas.

Los problemas, principalmente, radican en la actitud de la gente. No quiero ser hipócrita, y sé que yo, como cualquier otro, soy parte del problema de que hoy en día existan entidades como tu misma sin que ello simplemente provoque un estruendo de ira colectiva que acabe en el cierre y demolición de una entidad tan laaaaargamente cuestionada y odiada (la más odiada de España, con diferencia, según datos que todo el mundo maneja).

Por lo tanto, y en vista de que sigues erre que erre con tus reivindicaciones del siglo pasado, he venido en acordar varias pautas de acción que a partir de ahora serán ley de vida para mi persona y que se resumen en lo siguiente:

  1. Nunca, jamás en mi vida, volveré a comprar un disco original o una película de un artista o empresa que navegue bajo tu bandera, querida SGAE. Escucha, JAMÁS. Igualmente te garantizo que para poder mantener mi nivel cultural, y gracias a internet, podré seguir igual de informado en todo momento SIN QUEBRANTAR LA LEY (dicho ley en mano). Esto significa que puedo garantizar que mantendré mi palabra.
  2. Nunca, jamás en mi vida, (a excepción claro está de que te conviertas en una especie de ONG para ayudar a los pobres en Africa, o donde sea) oirá nadie un comentario positivo sobre ti que salga de mis labios. Escucha, escucha, JAMÁS. Esta pauta viene motivada por tus constantes ataques al pueblo, a los ciudadanos honrados y decentes de este pais, que andaban por ahí sin hacer daño a nadie hasta que tú te metiste en sus vidas, para intentar amargarlas, claro.
  3. Siempre, absolutamente siempre desconfiaré del gobierno que pacte contigo, asegurando mi voto útil contrario al partido que contigo se relacione. Así ayudaré a evitar tres males, uno; que tus chanchullos con el gobierno prosperen, dos; que tengais luego que molestaros en ir a la carcel por un quitame allá esos milloncejos de euros, tres; que los pobres políticos de este pais caigan en más casos de "corruptelillas". Yo, para con la sociedad, soy así de enrollado, no me déis las gracias.
  4. Cambio a partir de ahora mi idea de los "grandes artistas". Gracias a la existencia de la SGAE (no hay mal que por bien no venga, que gran verdad) me he dado cuenta de lo sumamente peseteros e hipócritas y falsos que son en verdad los grandes artistas hermanados contigo, querida SGAE. Tenemos de todo, incluso los más impensables; amigo Martinez Ares, que mediocridad tu actitud, que falta de intelecto, que gran motivación para no volver a escucharte; amigo Ramoncín, te salvas porque solo es criticable tu actitud perversa y politizada por la via de que ahí está tu pan, pero músico, músico, no eres; Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Bustamantito, Bisbalillo, a todos, fuera de mi casa, y de mis oidos. Los discos originales que compré (para mí o mi novia), están ya en la basura, en inertes. Gracias a este punto de inflexion a partir de ahora mi nivel musical crecerá mucho.
  5. Me comprometo a formar a todo aquel que quiera escucharme sobre vuestras acciones. Me comprometo a informar a todo aquel que me escuche sobre vuestras actividades ilícitas. Me compromento a informar a todo el mundo de que vuestra existencia es peligrosa para la libertad de expresión, para las personas que quieren ejercerla, como bien atestiguan todas las persecuciones "legales" en las que aparecéis como cazadores.
Al final, el objetivo es que la máquina de hacer millones que eres, querida SGAE, desaparezca, simplemente, y te diré algo: En el fondo todo el mundo sabe que, si entidades como la SGAE no acaban desapareciendo, el mundo futuro no va a ser muy... amable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Toda aportación será bien recibida

Búsqueda avanzada