4 de diciembre de 2006

DÉJÁ VU



En comparación con otras obras del director Tony Scott, Déjá Vu es un simple entretenimiento dentro del género de la ciencia ficción, donde el viaje al pasado es posible a base de plegar el espacio-tiempo como si fuera una hoja de papel. Nada que ver con títulos de más peso del mismo autor, como por ejemplo "Marea Roja", "Spy Game" o "El fuego de la venganza" (también con Whasington), donde el guión tiene una solidez mucho más elevada.


En el apartado de la realización, como siempre, no hay decepción posible, sobre todo para los amantes de la cultura del videoclip y de las tomas psicodélicas, con las que Scott siempre ha sido precursor junto con, fundamentalmente, su hermano Ridley, genio y figura del séptimo arte. Un buen montaje narrativo y muy dinámico dan a este producto de entretenimiento un valor añadido.


Denzel Whasington es uno de los grandes actores de nuestro tiempo, aunque está especializado y, si quieren ustedes, encasillado en el papel del superbueno, y no deja en absoluto mal sabor de boca a la finalización del film. Por desgracia, el argumento en sí no se sostiene, llegando a las mismas paradojas que películas de corte mucho más informal como "Regreso al futuro" y, sinceramente, sin ninguna vocación de que el espectador crea una palabra de lo que acontece a los personajes.


Repito, un producto de entretenimiento que consigue lo que busca, divertir durante 100 minutos y recaudar 5 euros por barba.


Nos vemos en los bares.


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