21 de julio de 2007

BORREGOS (putos borregos)


Borregos domados por una supuesta cultura de creerse todo lo que le cuentan. Nada mas y nada menos que eso, es la gente que hoy día me rodea, personas que te hablan de cualquier tema con un vocabulario más que aceptable, reproduciendo palabras que han escuchado en boca de otros. Borregos sin decisión propia, incapaces de plantearse si una cuestión es positiva o no, donde hay un grito de “guerra” allí están ellos. Son una tribu de neohippies bohemios, tolerantes y solidarios (por los cojones). Todos estamos de acuerdo que eso es muy bonito pero la realidad es que es una utopía. Falsos solidarios en manifestaciones, contra la LOU, contra el vertido del prestige, la guerra de Irak y la ley antibotellón. Pero son tan solidarios que ni siquiera prestan unos putos apuntes a un compañero de clase, que se ponen debajo de la ventana de una familia currante cantando, tocando la guitarra y los timbales hasta altas horas de la madrugada, sin pensar en esa gente que quiere dormir, y para colmo, dejan las bolsas, las botellas y los vasos de plástico, tirados en mitad de la calle. Eso cuando no les haya dado por romper las botellas y dejarlas igualmente tiradas pero hechas añicos. Solidarios con los dueños de las casas ocupadas, que si durante un tiempo no han tenido necesidad de ellas, no han abierto la boca, pero que ahora que las necesitan tienen que joderse porque los putos ocupas-pijos de hoy día no desean abandonar su supuesto hogar, desde luego solo de fin de semana, porque entre semana se echa de menos el potaje de mamá, la lavadora de mama, la plancha de mama, y cuando llega el fin de semana la visa de papá. Pero lo bueno de esta gente, es que por lo menos tienen ambiciones, ambiciones que llegan hasta el punto, y en este momento volvemos a la solidaridad, de que si hay que pisotear a un compañero para quedar bien ante el jefe, se hace y ya está, no pasa nada, porque yo tengo que llegar alto. Y si mañana hay huelga general en todo el país, para arreglar de una vez las condiciones laborales, pues nada, ellos no la secundan porque al jefe, como jefe que es, no le parece bien. Y claro hay que apuntarse otro tanto. Todo esto lo único que me demuestra es la hipocresía que existe en este mundo a las alturas que estamos, después de haber pasado por tantas catástrofes naturales y artificiales, haber avanzado tanto genéticamente y tecnológicamente el pueblo ha aprendido mas bien poco y seguimos siendo, sálvese el que pueda, unos borreguitos guiados por tres o cuatro con menos inteligencia que una gallina.

Autor:
Javi Torres Meca para Reflexiones en voz alta

ver tambien MIERDA, con un estilo similar, aunque ambas situadas en el pesimismo.

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